Ganar a Cristo – Dr. Roberto Tinoco

Publicado: diciembre 16, 2012 de cristodavida en Devocionales
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«Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la
excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he
perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él,
no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de
Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder
de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser
semejante a él en su muerte» (Fil. 3:8-10).

La creación es maravillosa.

Existen animalitos que se mimetizan con su medio ambiente de modo que se
confunden en él. No se transforman literalmente en su medio, pero es muy
difícil distinguirlos. Camaleones, artistas del engaño positivamente hablando.
Pablo era uno de ellos y exhorta a que le imitemos también (3:17). Usa el
término griego que se traduce como mimetizar, ser un mimo de vida. ¿Y qué es lo
que desea que imitemos? ¿Su apariencia externa? No. Quería que lo imitáramos
respecto de la forma como él se hizo uno con Cristo. Comenzó como un rabí
fariseo experto en la ley, irreprensible, pero opuesto a Cristo; y terminó como
uno con Cristo en donde ya no vivía él, sino Cristo en él.

Quizá debieras preguntarte: ¿qué es lo que verdaderamente quieres?

Dios, familia, iglesia, ministerio, amistades, ¿cuál es la pasión de tu vida?
¿Por qué haces lo que haces?

La vida del apóstol Pablo es la vida más alta en cuanto a la recepción del
evangelio; en él miramos la realidad, no de una religión ni de una fe; ni siquiera
podemos llamarle extremista. Es mucho más. Llegó al punto de vivir para Cristo,
en Cristo y por Cristo. Comprendió que ser cristiano no es cumplir un conjunto
de doctrinas ni de mandamientos religiosos, sino de hacerse uno con la Persona
Cristo. No es abrazar un concepto ni el misticismo de una fe abstracta,
subjetiva. Todos los hombres que adoran algo suelen estar separados de aquello
que adoran, pero el cristianismo es superior, en él, el adorador se vuelve uno
con el Dios que adora. No es una metáfora ni un símbolo; la vida cristiana
consiste en llegar a ser uno con Cristo.

Hay tres facetas de esta verdad cooperando; primero lo conocemos, luego somos
hallados en Él, y por último, lo ganamos. Conocer a Cristo es una relación
creciente; ser hallado en Él es desaparecer, mezclarse hasta que uno deja de
ser; y ganar a Cristo es volverse a Él recibiendo lo que Él es. Sólo entonces
podemos decir que somos cabalmente una nueva criatura.

Imagina que tienes un poco de plastilina color azul y otro tanto amarilla.
Conoces sus colores por separado; luego comienzas a mezclarlos mirando sus
diferentes formas; por ultimo, descubre un nuevo color de tanto mezclarlo. Ya
no es azul ni amarillo, sino verde. Es algo diferente, no puedes llamarlo azul
ni puedes llamarlo amarillo. Así es Cristo y el cristiano; llegará el día
cuando no podrás mirarlos por separado. Esto es ganar a Cristo y a la vez, ser
hallado en Él.

¿Cómo se logra esto?

¿Recuerdas que te hablé de conocer a Cristo, luego ser hallado en Él, y por
último, ganar a Cristo? Estos tres niveles de desarrollo son enfoques:

HACIA DELANTE: CONOCE A CRISTO.

Conocer a Cristo es una relación creciente. ¿Cuánto conoces de tu esposa?
¿Cuánto sabes de tu padre? El conocimiento intelectual puede medirse, pero,
¿Cómo mides el conocimiento de la experiencia? La información llena el cerebro,
pero, ¿cuánto amor llena el corazón? Conocer a Cristo no es un asunto sólo de
doctrinas, sino de relación; el Libro dice que Adán conoció a su mujer»
(Gen. 4:1), no se refiere a un estudio de Eva, sino a intimidad con Eva. Crece
en el conocimiento de Cristo, intima, relaciónate. Disfrútalo. La oración, la
adoración y la Palabra son las disciplinas espirituales que necesitas para
lograr esto.

HACIA DENTRO: SER HALLADO EN ÉL.

Ser hallado en Cristo es desaparecer en Cristo; mezclarse con Él. Haces a un
lado tus opiniones cambiando tus pensamientos por sus pensamientos; llenas tu
mente de la Palabra de Dios y tomas tus decisiones conforme al Libro. Haces de
su propósito tu meta y de su pasión tú entusiasmo. Posiciónate por la fe en
Cristo, dentro de Él, unido a Él. Considérate absorbido por su vida constante y
crecientemente.

Dios preguntó por Adán: «hombre, ¿dónde estás tú? Según dónde estés, así
serán tus circunstancias. Imagina si estás en guerra o en un país hambriento;
imagina si estás en una cueva oscura o perdido en el desierto. Ahora imagina:
¡estás en Cristo! ¡En Él están los tesoros de Dios y de la vida abundante! Vive
la realidad por la fe; tu vida está escondida con Cristo en Dios (Col. 3:3).

HACIA FUERA: GANAR A CRISTO.

Ganar a Cristo es volverse Él. Es el nacimiento y origen de una nueva especie
que no puedes definir si es de la tierra o si es del cielo; pero que puede
vivir en ambos. La meta es ganar a Cristo en todas las acciones; a medida que
pierdes algo de ti, recibes algo de Él. Niégate, extiéndete hacia su completa
voluntad, sométete en absoluta obediencia. Entre menos manifiestes tu ser,
mayor será la expresión del suyo. Cada decisión te brinda la oportunidad de recibir
más de Cristo. Jesús es el mejor ejemplo de esto, no buscó nunca lo suyo
propio, sino lo del Padre; ahora es nuestra oportunidad.

Hacia delante, hacia dentro y hacia fuera. Tú dices cuánto Cristo en tu vida.

Dr Roberto Tinoco  www.palabraviva.org.mx

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